El narcisista posee un trastorno de personalidad, que se refiere a un tipo de trastorno mental en el cual tienes un patrón de pensamiento, desempeño y comportamiento poco saludable. Por lo tanto, el narcisista tiene problemas para percibir y relacionarse con las situaciones y las personas. Esto le causa problemas y limitaciones importantes en sus relaciones interpersonales, aunque no lo vea como un problema, por su sensación de dominar y controlar a todo el mundo.

Lleva la creencia al extremo de que el mundo gira a su alrededor por lo cual, no tiene interés en escuchar acerca de la vida de otras personas. Únicamente importa el narcisista y todo se centra en torno a él. Como siente envidia por lo que poseen las demás personas, se irrita si no logra que la atención de todo el mundo no se centre en él mismo, pues nadie puede tener algo especial por lo cual sobresalga o ser mejor que él.

Tiene actitudes que lo caracterizan como poner a otras personas en contra de alguien diciendo mensajes como “No les importas” y de esta forma manipula haciendo presión grupal ante una comunidad de personas, para someter a su víctima. Por esto se le conoce como un maestro de la manipulación.
Se muestra increíblemente encantador y simpático, lo cual puede confundirse con dar la impresión de que es una persona afectuosa, pero en realidad es un ser frio sin sentimientos, que enloquece mediante engaños.

Puede pasar de mostrar afecto, enviar mensajes, llamar diariamente y dar regalos a actuar distante y fríamente, de un momento a otro, sin que haya ninguna explicación lógica, pues su comportamiento dependerá de cómo necesite manipular a su víctima y el entorno que le rodea para lograr sus objetivos.

Hace que su víctima se sienta culpable por lo que hace, dice o piensa. Entonces la víctima se disculpa todo el tiempo, mientras que el narcisista nunca se disculpa con nadie cuando miente o destroza emocionalmente. Consigue que la víctima se cuestione su propia sensibilidad, dude de sus capacidades y afecta su valía personal.

El narcisista se nutre de la buena energía psíquica de su víctima para obtener bienestar, mientras la otra persona solo consigue sentirse muy mal consigo misma sino se aleja del narcisista. Por este motivo, se recomienda limitar el contacto con el narcisista y en lo posible, llegar al punto de hacer contacto cero, donde no haya ningún tipo de vinculación ni encuentro con el narcisista ni con personas “títeres” que hacen parte de su juego narcisista.