La tristeza es un estado del ánimo por el cual la persona deja de sentirse plena o al menos normal. Son muchos motivos que pueden generar tristeza, desde la pérdida de un ser querido, el no haber logrado una meta ansiada o tener una enfermedad si es incurable o crónica, por ejemplo. La tristeza puede convertirse en una depresión cuando es prolongada y profunda.

En cambio, la depresión ya refiere a una tristeza patológica que ocasiona trastornos del estado del ánimo. Por ejemplo, el trastorno de depresión mayor afecta la salud psicológica de una persona, el resto de sus actividades diarias, las ganas de comer, la capacidad de tener un sueño reparador y hay disminución en el rendimiento laboral o académico.

El trastorno depresivo mayor se caracteriza por episodios leves, moderados o graves. Entre los síntomas están reducción de la atención y la capacidad de concentración. También, una persona deprimida puede tener sentimientos de culpa, inferioridad e inutilidad, alteraciones fisiológicas como del sueño y del apetito y pensamientos intrusivos negativos y en algunas ocasiones con ideas suicidas.

La depresión también puede ser estacional. Es normal sentir somnolencia y decaimiento los primeros días, cuando se cambia de estación, sobre todo al entrar en la época del invierno. Una persona puede tener depresión emocional cuando se siente deprimida gran parte del día, casi todos los días, pierde el interés en actividades que disfruta, tiene poca energía, dificultades para conciliar el sueño, sufre cambios en el peso o apetito, siente mucha pereza o está inquieta.

También hay depresión postparto, que la puede experimentar una mujer que acaba de dar a luz un hijo o se puede presentar un año más tarde del nacimiento de su bebé. Los cambios hormonales son los causantes de este tipo de depresión, ya que pueden producir cansancio, pereza y depresión en la mujer.

En resumen, la tristeza se diferencia de la depresión en que no afecta la funcionalidad de la persona a nivel laboral, académico o de relaciones sociales y pareja y su duración de tiempo es menor en comparación con la depresión.